
Trasmoz en Zaragoza, un pueblo maldito y excomulgado
Trasmoz en Zaragoza es el único pueblo de España conocido porque está maldito y fue excomulgado oficialmente por la iglesia en el siglo XIII. Esto se debió a su relación con las energías oscuras y sobre todo las brujas que realizaban aquelarres, practicaban nigromancia, fiestas y rituales paganos.
La excomulgación de Trasmoz puede ser solucionada fácilmente por algún Papa, pero hasta la fecha ninguno se ha dado a la tarea de levantar el castigo.
Trasmoz tiene un área territorial de poco más de 18 kilómetros cuadrados y su población no sobrepasa las cien personas. Sin embargo, siempre ha estado plagado de un halo de misterio.
La historia de excomulgación de Trasmoz
Según la iglesia del siglo XIII en aquella época era cuando la actividad de las brujas estaba en su máximo apogeo y se realizaban entre sus muros aquelarres y todo tipo de actos paganos.
El monasterio de Veruela estaba muy cerca de Trasmoz, y estas acciones escandalizaban a los monjes que allí se encontraban. Sin embargo, la corona de Aragón otorgó al municipio una serie de derechos que impedían que el monasterio controlara el territorio, como ocurría con las poblaciones que se encontraban en los alrededores.
Se dice que la principal disputa del monasterio con Trasmoz era debido a la leña, situación que tenía hastiado al abad de este recinto, por las constantes disputas con los habitantes de la aldea por la provisión de madera del Monte de Mata.
Estas pudieron ser las razones verdaderas por las que en el año 1225 el monasterio de Veruela, con la aprobación del Papa de aquel entonces, excomulgara al pueblo Trasmoz por su rebeldía y lo apartara del reino de los cielos eternamente.
Trasmoz: pueblo maldito
Más de 250 años después de ser excomulgado de la iglesia, surgió un nuevo conflicto entre la aldea y el monasterio, esta vez por el agua.
Para 1511, el señor de Trasmoz, Pedro Manuel Ximénez de Urrea, discutió con el abad del monasterio porque el curso del agua transitaba por zonas que pertenecían al convento. Al parecer, los monjes habían desviado el curso natural del agua y esta no llegaba a las familias trasmoceras. Nuevamente las cortes de Aragón tuvieron el papel de mediadores y dictaminaron a favor del señor de Trasmoz, pero el monasterio hizo caso omiso y decidieron maldecir al pueblo.
Según relatan los conocedores, la maldición se llevó a cabo en plena madrugada. Los clérigos se encargaron de cubrir el crucifijo del altar con un manto negro y recitaron el salmo 108 de la Biblia que consiste en una maldición de Dios contra sus enemigos, y entre otras cosas dice:
“Danos socorro contra el enemigo,
porque vana es la ayuda de los hombres.
Con Dios haremos proezas,
y él hollará a nuestros enemigos.”
Cada frase iba acompañada de un toque de campana para que los habitantes de la aldea lo escucharan y constase en acta que el lugar había quedado maldito en plena noche y con alevosía.
Desde entonces, las oscuras leyendas sobre este pueblo maldito se difundieron y han perdurado hasta nuestros días. El misterio que envolvió este lugar y las supersticiones propias de sus antepasados aún se conocen y durante todos estos años el temor a un Dios que les había abandonado se sobreponía a la razón. Estas leyendas incluso han inspirado a algunos de los grandes autores de la literatura española.
Trasmoz y la literatura
Uno de los autores que obtuvo inspiración en la historia de Trasmoz y el monasterio de Veruela, además de avivar las leyendas, fue el poeta y escritor sevillano Gustavo Adolfo Bécquer. Bécquer en un período de enfermedad (tenía tuberculosis) y en pleno auge del Romanticismo, decidió mudarse un tiempo al mismísimo monasterio para respirar el aire puro de la zona.
Envuelto en lo oscuro y lo fantástico del lugar, durante su estancia Bécquer gestó algunas de sus obras más emblemáticas, como el relato de la Tía Casca.
En su obra, Cartas desde mi Celda, que era un texto entre relato y crónica periodística, el autor contó las andanzas de este monasterio y habló sobre un “peligroso” personaje que habitaba en el pueblo maldito de Trasmoz.
El texto rezaba lo siguiente:
“Los sábados, después de que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de las ánimas, unas sonando panderos, y otras, añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre escobas, los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesas como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros de la ruinosa atalaya que corona la cumbre del monte”.
Aunque hoy en día el pueblo es un lugar bastante apacible, no se puede negar que las decisiones del pasado siguen vigentes en el presente. Técnicamente, hasta que algún representante de la iglesia decida levantar el castigo impuesto hace tantos años, entonces Trasmoz seguirá siendo el único pueblo maldito y excomulgado de España.


Tarotista
Comunicadora social con especialización en periodismo digital. Astróloga con expertica en carta astral, con trayectoria de más de quince años en la lectura de los astros y en la elaboración de horóscopos. Vidente natural.